Como cada 3 de diciembre, hoy se celebra en nuestro país elDía del Médico. La fecha fue elegida por la Confederación Médica Panamericana para homenajear a Carlos Juan Finlay Barrés, un médico cubano que descubrió que un mosquito era el responsable de trasmitir la fiebre amarilla, hasta ese entonces causa de muerte de miles de personas.
Finlay Barrés, nació en Camagüey un día como hoy pero de 1833. Hijo de un médico inglés que residía en la isla, durante las guerras por la independencia cubana fue convocado por el ejército estadounidense para que analizara las bajas de los soldados de Estados Unidos y España por la fiebre amarrilla.
Allí, puedo comprobar una teoría que venía elaborando desde algunos años atrás: que el mosquito aedes aegypti era el trasmisor de dicha enfermedad. Sin embargo, cuando presentó sus estudios en La Habana, en 1881, ante la Academia de Ciencias sus colegas subestimaron sus palabras.
Fue recién 20 años después que tomaron en serio su hipótesis. En 1900, una Comisión de la Fiebre Amarilla enviada por Estados Unidos a Cuba logró comprobar su teoría. 55 años después la Confederación Médica Panamericana (CMP) dispuso que se celebrara el Día del Médico el 3 de diciembre para rendirle homenaje al “hombre mosquito”, quien gracias a su descubrimiento salvó millones de vida.
Existen en nuestro país miles de profesionales médicos que a través de la historia y a lo largo y ancho de nuestra Patria, han sabido ejercer su vocación y su profesión con verdadera pasión asumiendo que ella contiene un sentido social y humano que trasciende los límites científicos.
Basta mencionar a los Dres. Ramón Carrillo, René Favaloro, Salvador Mazza, Bernardo Housay, Domingo Liotta, César Miltein. Luis F. Leloir o los copoblanos Juan Castilla Mira, Martín Panutto, Antonio Saieg, “Bebe” Castilla Mira o Luis Rodríguez, entre otros tantos, para inferir que existen médicos que han sabido entregarse a su profesión como un sacerdocio en beneficio de sus pacientes.
El Intendente Estelio Urchueguia hace llegar “a todos los médicos un feliz día, reconociendo en su labor de curar el cuerpo y aliviar los dolores, una vocación de amor y entrega al prójimo digna del reconocimiento social, saludando especialmente a los que en la actualidad ejercen su profesión en nuestra ciudad.”